El tratamiento magnético de agua (TMA), líquidos y suspensiones acuosas es un método físico muy utilizado en la actualidad para evitar la formación de costras de calcio y magnesio en las superficies intercambiadoras de los procesos domésticos, agrícolas e industriales.
Pero el uso de acondicionadores magnéticos no ha quedado solo para esos procesos, pues el hecho de que el TMA aumente la solubilidad de las sales en el agua ha llevado a científicos e investigadores a buscar otras aplicaciones donde exista factibilidad de uso de esta tecnología, entre ellas se encuentran el uso del agua tratada magnéticamente en diferentes procesos de los sistemas acuícolas.
Este aumento de solubilidad incide a la vez en un incremento de la permeabilidad de la membrana biológica de los animales y por consiguiente todos los efectos positivos que se han comprobado. En investigaciones realizadas, en que se valoró la absorción intestinal en animales de laboratorio se demostró un incremento de ésta. En varios parámetros determinados en solución tyrodes (glucosa, calcio y otros minerales) se demostró siempre un comportamiento favorable al grupo de animales que consumió agua con tratamiento magnético.
Estas sustancias nutritivas provienen de la digestión de los alimentos de elevado peso molecular (proteínas, almidón, grasas neutras) en sus sillares estructurales de bajo peso molecular, en su mayor parte solubles en agua (aminoácidos, azúcares sencillos, glicerina, ácidos grasos); estos productos se absorben fácilmente, a diferencia de las sustancia de elevado peso molecular. La absorción se verifica conforme a los denominados mecanismos de transporte, que se favorecen al consumir el agua con tratamiento magnético, biológicamente más eficiente, lo que le confiere primordial importancia en todos los procesos vitales al ser el vehículo en el que se efectúa el metabolismo.
El agua tratada magnéticamente, en comparación con el agua normal, posee un incremento de oxígeno disuelto lo que explica el aumento de la absorción de los diferentes iones. Este proceso también se beneficia por otra de las propiedades del agua tratada magnéticamente, el aumento de la constante dieléctrica (permeabilidad dieléctrica) íntimamente relacionada con una mayor solubilidad de las sales disueltas en ella; debido a que los cristales de las sales son de tamaño mucho menor y se hacen menos adhesivos por lo que fluyen con mayor facilidad dentro del torrente aún a través de las membranas más finas y por tanto se traduce en una mayor absorción por los tejidos del organismo, evitando obstrucciones en las membranas celulares encargadas del transporte de los elementos esenciales para el metabolismo.
Ventajas